Rubaiyat. Cuarteta XV.
Más allá de los límites de la Tierra, más allá del límite infinito, buscaba yo el cielo y el infierno. Pero cada voz severa me advirtió: «El Cielo y el Infierno están en ti». Omar Khayyam.
Ignorantiae autem fatuorum effunde.
Más allá de los límites de la Tierra, más allá del límite infinito, buscaba yo el cielo y el infierno. Pero cada voz severa me advirtió: «El Cielo y el Infierno están en ti». Omar Khayyam.
Este poema del gran médico D. Gregorio Marañón, humanista y polifacético, que yo solía leer en la estación de metro en Madrid que lleva su nombre cuando estaba por allí, y que me dio una idea de la calidad de persona que tuvo este gran hombre, me hace ver lo que hay detrás de…
No anda seguro por el Camino el hombre que no recogió el fruto de la Verdad. Si pudo cosecharlo del árbol de la Ciencia, sabe que los días pasados y los días por venir en nada se distinguen del alucinante primer día de la Creación. Omar Khayyam
Sucede que me canso de ser hombre. Sucede que entro en las sastrerías y en los cines marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro navegando en un agua de origen y ceniza. El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos. Sólo quiero un descanso de piedras o de lana, sólo quiero no ver…
He aquí la estación inefable, la estación de la esperanza, la estación en que las almas sedientas de otras almas buscan una quietud perfumada. Cada flor, ¿Es acaso la blanca mano de Moisés? Cada brisa, ¿Es acaso el aliento de Jesús? Omar Khayyam.
Puedo hacer que la tierra se pare en seco. Hice desaparecer los coches azules. Me puedo hacer invisible o pequeño. Puedo convertirme en gigante y alcanzar las cosas más lejanas. Puedo cambiar el curso de la naturaleza. Puedo situarme en cualquier lugar del espacio o el tiempo. Puedo invocar a los muertos. Puedo percibir…
Sabes que no tienes poder sobre tu destino. ¿Por qué la incertidumbre del mañana ha de causarte miedo? Si eres sabio, goza del momento actual. ¿El porvenir? ¿Qué puede devolverte el porvenir? Omar Khayyam
Toda mi juventud retoña hoy. ¡Sírveme vino! No importa cuál…¡No soy exigente! ¡En verdad al mejor lo encontraré tan amargo como la vida! Omar Khayyam
¡Cuán pobre el corazón que no sabe amar, que no puede embriagarse de amor! Si no amas, ¿Cómo te explicas la luz enceguecedora del sol y la más leve claridad que trae la luna? Omar Khayyam
Antaño, este jarrón era un pobre enamorado que sufría ante la indiferencia de una mujer. El asa del borde era el brazo que ceñía el cuello de su bienamada. Omar Khayyam