Dirigida en 1973 por Sidney Lumet, y basada en una novela escrita por Peter Maas inspirada en hechos reales, Serpico es una película protagonizada por un joven Al Pacino, en una de sus interpretaciones magistrales –posterior a su papel en “El padrino”-, que lleva a la pantalla la canallesca y corrupta conducta de la policía de ciertos distritos de Nueva York en los años 70. Los agentes recibían sobornos por parte de los peces gordos a cambio de dejarles actuar a sus anchas, sobornos de gran cuantía que eran repartidos entre los propios policías, contando con la protección de sus superiores, que todavía estaban metidos en chanchullos peores, y que en general, formaban una trama que desentona en un contrastado claroscuro con la honradez y honestidad a prueba de balas de un joven policía fiel en todo momento a los principios a los que se entregó al jurar el cargo, un policía de raíces italianas que se ve envuelto en un clima altamente opresivo, y que le provoca un claro conflicto personal, en el que debe optar por obrar rectamente de acuerdo con una ética que el sentido común “más común” no aconsejaría seguir, a costa de “delatar” –y lo pongo entrecomillado porque en ningún momento llega a nombrar a nadie en particular ante las autoridades- a sus propios compañeros de departamento, y con las taras añadidas de la degradación y ruptura de su relación con las dos compañeras sentimentales que tiene en el transcurso de la película, y aún más, la tara de su propia salud física y anímica. La interpretación de Al Pacino, que fue merecedora de una nominación al Óscar al mejor actor –la película también fue nominada al mejor guión adaptado-, no representa un héroe estereotipado ni perfecto, pero –y es ahí donde reside el encanto del film- sí un ciudadano de enorme integridad, un tipo de persona que ha escaseado siempre –que tire la primera piedra quien no haya alguna vez antepuesto una norma o regla injusta o inmoral, entendiendo la moralidad como lo que dicta el sentido común de lo que es bueno y de lo que es malo en una versión correspondiente a la intersección, núcleo o máximo común divisor de las éticas individuales, (tanto si esa pauta de conducta nos es impuesta como si es voluntaria)-, y Serpico manifiesta esa extraña integridad con todas las consecuencias vitales que le acarrean, que pasan por la asintonía agresiva con la mayor parte de los agentes con los que se va cruzando y por su decisión final de deserción y comienzo de una nueva vida alejada de tales conflictos. Vista en conjunto, esta película es una gran película, donde lo más flojo quizás sean los actores secundarios, pero cuya actuación en ningún momento devalúa el producto en su globalidad.
24 años después, en 1997, fue dirigida por Curtis Hanson otra película con una temática y guión con cierto parecido, pero independientes, se trata en este caso de L.A. Confidential –la corrupción se halla en este caso en Los Angeles-, protagonizada por Russel Crowe, Kim Basinger y Guy Pierce, y que obtuvo una gran acogida de la crítica y una merecida colección de premios.
He visto las dos películas recientemente y creo que se trata de dos films excepcionales, por conjugar la acción, los sentimientos y voluntades encontrados, y unas interpretaciones magistrales de los actores que los simulan a la perfección. Otra película –más actual, año 2007- también muy recomendable en esa misma línea de la pulsión entre lo antiético políticamente correcto y la integridad en estado puro es Michael Clayton. Aunque a mí personalmente George Clooney nunca me ha entusiasmado, tal vez por haberlo encasillado en base a películas insustanciales en las que ha participado –que para pasar el rato sirven pero para poco más- debo reconocer que me ha fascinado en su papel protagonista en este film que he citado, pues casi se llega a leer en su cara la cal y la arena simultáneas de las situaciones que vive.
Así pues, aquí quedan reseñadas tres buenas películas que merecen ser visionadas y re-visionadas en cualquier momento.
Al Pacino, gran actor. Te «curras» los artículos. Buen trabajo. Paz.
Paz en el mundo, hermano.