Que las rosas por mí te visiten
y que en ellas encuentres
la belleza que en mí
no hallas en este momento.
En ellas guardo mi ser
e impregno mis dones,
ahora a tus ojos inciertos,
hállate por mí acompañada
con su presencia en tus temores
y algún día terminará este invierno.
¿Durarán acaso lo que
mi amor dure?.
Antes ellas tendrán su fin.
Seguirán en su lecho de papel
inertes como un muerto,
guardarán la marca de
mi pasión de pájaro, pero algún día
por otras flores serán cambiadas
quizás por otro regaladas,
así terminará mi aliento,
y del libro serán extraidas
y aunque ese día mis rosas
tristes se mueran
por pasar a ser olvidadas
mi amor se mantendrá cierto,
y perenne, créete por mi querida.
Por testigo pongo al buen Dios
que mi cariño reside
en todas mis poesías,
y son éstas mis rosas,
que te regalo con mi talento
y para que vivas con alegría
a tu belleza y bondad las ofrezco.
Si algún día azaroso
te pinchas con alguna espina
no será el dolor de un tormento,
será que mis rosas queridas
por mí tu amor han descubierto,
y cuando llegue ese día
hallarás en mi la belleza
que en ellas ves en este momento.
© El rostro sagrado, SergeantAlaric, 2012.