Es difícil no caer en tópicos o repeticiones en las felicitaciones navideñas. Entonces, en ese caso, es difícil innovar. Sirvan en todo caso estas líneas para declararme amigo de las personas de buena voluntad y de buenos actos, aunque no las conozca, pues, aunque todos cometemos errores, los errores de éstas llevan al arrepintimiento y a la necesidad emocional de no volverlos a cometer.
De esta manera, lo mejor es mantener la mente en una dieta de pensamientos positivos, ocuparla con abstracciones que nos hagan escapar de la realidad cuando ésta no es favorable, pasar el rato, como digo yo. Y qué mejor manera de pasar el rato que el trabajo y la dedicación del tiempo libre a los hobbies que uno pueda tener, en mi caso la lectura, la matemática, la poesía, o la radiotecnia y el diexismo. En 2019 es probable que cree algún que otro paper, tengo ya ideas al respecto, a lo mejor cae algún que otro poema, éso está por ver, pero en cualquier caso, le pido al año venidero más tiempo en el estado de flow y menos negatividad, que nunca es positiva por definición. Y otro tanto, y más aún si cabe le deseo a las personas que en algún momento siguieron esta web, que son su verdadera razón de ser, de qué importa lo que yo puedo aportar si no existe un receptor del mensaje. Igual que las personas. De qué sirve uno si no se junta con otros que en cierto modo interactúen con él. Uno no tiene esencia sin los otros, hay que ser percibido por otros individuos para tener una percepción más objetiva de lo que uno es como persona, y para tratar de mejorar. Por lo tanto, y sin más preámbulos, en este día de Navidad de 2018, es mi voluntad que tu año sea el mejor de la serie.